
El R-29 por fin es una realidad. Tal vez es el coche más esperado por la afición española de todos los que pasaron por las manos de Fernando Alonso. Y cmo era de esperar, lo prometido es deuda, y la decoración del monoplaza tiene los colores de la bandera española; casulidadesde la vida, como lo era que anteriormente tuviese los de la bandera asturiana.
Fernando confía plenamente en este nuevo coche y en sus posibilidades a bordo del mismo. Está muy contento, con más ganas que nunca de luchar por un nuevo título y con ansia por demostrar que no le hace falta pilotar un Ferrari o un McLaren para recuperar su corona de Campeón del Mundo.
Este es el objetivo final de tantos meses de trabajo, esfuerzo y dinero en Renault; ofrecer a Fernando una máquina a su altura. Capaz de luchar por el Título de Constructores y de Pilotos. Su compañero de equipo sigue siendo Piquet, que este año deberá ponerse las pilas y demostrar que es capaz de llevar el peso de su apellido.

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