
530 participantes ya hacen rugir los motores de sus máquinas, para afrontar una novedosa y muy dura edición del Dakar, llevado en esta ocasión a tierras sudamericanas.
Por primera vez, esta prueba sale de tierras Africanas para adentrarse durante 9.574 km a través de las llanuras, estepas, montañas y desiertos de Argentina y Chile. 235 motos, 25 quads, 185 automóviles y 85 camiones competirán hasta el 17 de enero y se enfrentarán a un escenario hasta ahora desconocido para la carrera "off road" más exigente e importante del mundo.
"El rally aquí es realmente un gran Dakar, con un recorrido más difícil, más duro. Vamos a escribir una nueva página del rally en América del Sur", declaró el director de la competición, Etienne Lavigne.
El punto de partida será Buenos Aires, de donde los participantes saldrán de madrugada para evitar el intenso tránsito de la metrópolis habitada por doce millones de personas. Rumbo al sur, recorrerán las llanuras pampeanas hasta tocar el Atlántico en Puerto Madryn. Luego atravesarán la Patagonia para comenzar a bordear hacia el norte la Cordillera de los Andes y luego cruzar a Chile. Llegarán hasta el Pacífico en Valparaíso, desde donde costearán el océano preparándose para uno de los tramos más determinantes de la competición: el desierto de Atacama. Los equipos deberán sobreponerse a 40 grados por el día y un frío bajo cero por la noche, lo que convierte la etapa en una de las más duras de toda la carrera. Volverán a cruzar los Andes por el paso San Francisco de la provincia argentina de Catamarca, a 4.700 metros de altura, para completar las últimas etapas rumbo al Río de la Plata.
La edición sudamericana del Dakar representará también un cambio en lo tecnológico, ya que por primera vez podría ganar el piloto de un vehículo propulsado a diesel. Tanto Mitsubishi como Volkswagen y X- Raid, de BMW, competirán con motores diesel. Otro elemento interesante es que por primera vez en años, la competencia de motos está abierta, tras un dominio absoluto de la escudería KTM.
El impacto de la crisis financiera internacional será otro de los grandes factores que deberá evaluar ASO. Lavigne aseguró que la debacle no afectó la edición 2009, pero reconoció que todavía está abierta la suerte de la próxima edición.
Fuente: HA
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